Por gran parte de mis primeros años de adolescencia solía leer un chingo de revistas que realmente me nutrían muy poco las neuronas para platicas intelectuales pero me agradaban mucho en cuanto a lo visual.
No, no, no solía leer revistas de diseño en artes visuales o plásticas, tampoco eran de fotografía. Simplemente eran revistas de "moda" que yo consideraba cool por que me agradaba la manera en la que combinaban la ropa de una forma que tal ves a mi por mi propia cuenta no se me hubiera ocurrido.
En aquellos tiempos (hace unos 9 años) el internet era muy lento y de modem que cuando iniciaba sonaba aquella melodía extraña entre fax y estática. Si hubiera sido como el de ahora seguro no hubiera gastado ni un centavo en revistas (como lo hago ahora) y me hubiera dedicado a encontrarlo todo en internet.
El punto es que 2 de estas revistas, que yo compraba cada que podía cuando vivía en Estados Unidos, están siendo bombardeadas por banda adolescente que desea que todo su contenido sea 100% real.
Real siendo: Nada de photoshop a las modelos (ok, cool) y tener contenido que no discrimine por estatus socioeconómico.
Las 2 revistas son: Teen Vogue y Seventeen. Cagado, si pero la neta me encantaban. Yo recuerdo bien que cuando las leía pensaba en algún día poder adquirir todas las jaladas que anunciaban y tener mi closet lleno de Marc Jacobs y Chanel e incluso decorar y pintar mi cuarto como muchos de los sets que mostraban en sus photoshoots.
No recuerdo, ni en una sola ocasión sentirme jodida, gorda o infeliz terminando de leer los artículos y ver las nuevas "tendencias" que publicaban.
Estas morras adolescentes que mencione anteriormente, exigen que ambas revistas firmen acuerdos en los que "celebren la belleza en todos sus tamaños y formas".
Es hermoso y cursi.
¿Pero con que finalidad?
Pues por lo que escuchamos (o leemos) todo el tiempo: existen miles de casos de anorexia y bulimia provocados por las "pendejadas" de la industria de la moda y ahora va incluida la depresión por no ser hijas de actores o estrellas de rock que lo tienen todo.
Si y esto puede ser muy real o puede ser un gran pretexto.
En los años en los que yo leía estas revistas estaba en la rara etapa cuando no era ni niña pero tampoco era adolescente, estaba llenita, mi familia estaba rejodida (económicamente y en muchos otros aspectos) y sin embargo estas revistas no me provocaban ponerme a chillar en el rincón mientras veía a Emma Watson modelar un vestido de 500 dólares o más.
Al contrario…
Lo veía como motivación, me brindaban esperanza de que algún día quizá yo también podría comprarme un vestido de 500 pinches dólares y sonreír y tomarme un chingo de fotos con mis amigos.
Si claro que derrepente pensaba cosas como: Chale pero primero tengo que bajar de peso.
Eso me motivo claro a empezar a bajar de peso, ya saben: la dieta, el ejercicio, bajo unos kilos y a la chingada así quede mejor.
Pasaban unos meses veía otra foto chingona, tal ves y solo pongamosla como ejemplo de Kate Moss.
Y así se repetía el ciclo.
Claro siempre teniendo en mente de que no, nunca iba a tener el cuerpo ni de Kate, ni de Emma pero que podría (y puedo) llegar a tener el mejor cuerpo en mi propia piel.

Que para ponerme ese vestido de 500 dólares, probablemente no me los iba a ganar sacandome el papel estelar de una muggle en una de las mejores franquicias de todos los tiempos…pero que chingandole sin duda, me lo podría comprar.
Creo que es más fácil culpar a los medios que agarrarnos las pelotas y tener fuerza de voluntad. Culpar a los medios a que los padres acepten que nunca les explicaron a sus hijos la diferencia entre: realidad y ficción.
Si te deprime leer artículos de niñas millonarias, no los leas.
Si tu imagen te molesta, haz algo SANO al respecto.
y si quieres un vestido de 500 dólares…chingatelo!!
No es cierto, trabajen…trabajen un chingo.